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  • Foto del escritorJavier Cruz Rodríguez

Filosofía en lo personal y profesional

Hoy en día, el planeta subsiste en base a producir para ganar para producir, pero a la gente nos hace falta parar para r e s p i r a r y sobre todo para p e n sa r. ¿Son muchos los proyectos que se hacen para el bien común o son más aquellos para inyectar dinero y conseguir fama en el mundillo? ¿Cómo conocer que lo que mueve a la gente son las ganas de hacer un bien para la sociedad o en realidad quieren realzar su ego o sus bolsillos? El objetivo principal de este artículo es invitar al lector o a la lectora a reflexionar sobre la ética personal y profesional, ofrecer puntos de vista y, sobre todo, ser crítico con el ambiente que le rodea. Si bien este artículo se desvía del propósito general del blog, considero que es óptimo tener en cuenta que los ingenieros no somos autómatas, somos personas, y como tales debemos de construir nuestro propio criterio, no debemos de ser meras marionetas, debemos ser emperador de nosotros mismos. Para ello, el texto que se presenta a continuación presenta cuatro pilares: Reflexión sobre el ego, Reflexión sobre la ética, Proyectos de dudosa reputación e Invitar a la crítica.



Reflexión sobre el ego

En la actualidad, millones de personas están conectadas vía online desde las redes sociales, redes laborales o estudiantiles o foros de internet, millones de personas consumiendo en masa publicidad por poder utilizar una herramienta “gratuita” y permitiendo a la empresa obtener datos sobre ella. Es hasta sencillo obtener información que publica la propia gente de dónde reside, dónde trabaja e incluso cuándo y adónde se va de vacaciones, regalando su intimidad a cualquier internauta que le descubra actualizando el feed.


1. ¿Quieres saber cómo piensa? TWITTER

Cualquier internauta puede intercambiar opiniones en su red de Twitter, la mayoría son opiniones totalmente sesgadas, es muy probable que crea que tenga siempre la razón y los que les lleven la contraria no tengan ni idea. En este punto es ideal rescatar a Ortega y Gasset y a su etapa del Perspectivismo, la cual podemos condensar en que cada individuo tiene su percepción y es la suma de todas las percepciones la que puede llevarnos a comprender la verdad real. Desde el Twitter la gente se cierra en sus ideales si únicamente sigue a gente que opina como ella, falta abrir la mente, aprender a aprender e incluso aprender a desaprender. Sin duda, actualmente, para saber cómo piensa una persona, basta con leer los Tuits y comprobar a qué clase de personas sigue.


2. ¿Quieres obervar su alter ego? INSTAGRAM

Con el objetivo de maximizar su satisfacción online, el usuario de Instagram tiene como objetivo compartir su vida exponiendo sus mejores fotos y vídeos de su vida personal; incluye: viajes, familiares, hogar, coche, amigos, … midiendo su repercusión social con el número de reproducciones, visitas o me gustas. Se puede apreciar que cualquier persona vive como un faraón o faraona, disfrutando de la mejor comida, de la compañía perfecta, presumiendo de artilugios materialistas o viajes entrañables. Puede parecer que personalmente estoy en contra de esto, pero para nada, simplemente quiero mostrar que la sociedad está regalando su privacidad tanto al resto de la sociedad como a la compañía (si tuviera el perfil privado “sólo” a sus contactos y a la compañía).


3. ¿Quieres conocer su VIDA? FACEBOOK

Qué decir de la Red Social por excelencia, aquí directamente usted aprende quién es la persona, sabrá sus intereses, quiénes son sus amigos, familiares, dónde vive e incluso ¡si le gustan los vídeos de gatitos! Es más intrusiva que las dos anteriores ya que sumerge al internauta en una página de fantasías donde se puede comunicar tanto con conocidos como con personas con intereses comunes o que vive en lugares cercanos.


4. ¿Qué me dices de su trabajo? LINKEDIN

Sin duda una red social que ha sabido “conectarse” con gente que desea exponer su campo laboral en internet. Lograrás conocer si está formándose en algún curso, si su trabajo es el mejor del mundo, si está apasionado con la empresa (¿o puede que eso es lo que pretendan mostrarle a la propia empresa?) o si tiene cualquier tipo de opinión sobre alguna noticia de su ámbito laboral.



Como se puede observar, el uso de Twitter puede llevar a ocultar ideas que pueden hacernos reflexionar, al desinterés en gente por no pensar igual e incluso al odio; en Instagram la gente se puede sentir menos valorada al no poder seguirle el ritmo a sus contactos y también puede sentir envidia; en Facebook la gente logra conocer más a las personas, obteniendo información de ellas, ¡incluso más que ellas mismas!; en LinkedIn encuentras gente apasionada con su trabajo que están en formación todos los días de la semana y que, obviamente, sacan tiempo para exponer todos sus logros y opiniones del sector en el que trabajan. Ahora bien, ¿si no quieres exponerte en la sociedad virtual es porque escondes algo? ¿Si no trasnochas con Netflix, HBO o parecidos eres un aburrido y no tienes temas de conversación? Rescatando otro concepto filosófico, en este caso de Nietzsche, y mezclándolo con lo que quiero transmitir, podemos llegar a comentar que actualmente la gente es un rebaño que quiere sentirse superhombre, pero siguen siendo rebaño no superhombre.


Por un lado, un problema en un equipo es tener personas con ego (ego malo), crean un ambiente tóxico de trabajo y si no se controla puede llevar al equipo al desastre. El ego malo es aquel en el que el individuo se considera mejor sólo que con la suma de los miembros del equipo, se pone a la defensiva o se aferra a su idea sin abrir la mente o intentar cambiarse al sombrero opuesto de Edward De Bono, utiliza y piensa más en el “yo” que en el “nosotros” y se niega a reconocer errores. No obstante, por otro lado, sí existen personas con ego (ego bueno) que son lo opuesto, puede que su fin sea obtener un mérito (para exponerlo en LinkedIn), pero sabe cómo trabajar como un profesional y antepone al equipo antes que al “yo”.

Reflexión sobre la Ética

El bien y el mal, el yin y el yang. ¿Hago las cosas bien o hago sólo lo que me interesa? ¿Y si lo que me interesa es no hacer las cosas bien? En los tiempos que corren aprecio una falta de buena moral en la sociedad, por supuesto no es la mayoría, ni si quiera se acerca a la media, pero existen personas así. Sin ir más lejos, hace 6 días (13/07/2020) debido al ascenso del Cádiz en el fútbol una gran multitud de personas se dirigieron a celebrarlo en dicha ciudad sin tomar medidas de seguridad del Covid-19, por otro lado, gente que presenta el positivo en dicho virus asiste a ceremonias de graduación o festejos familiares a conciencia para no perdérselo. Otros (varios Youtubers e Influencers de millones de seguidores) prefieren timar a sus followers vendiéndoles auriculares inalámbricos de 3 euros por 100€. No pretendo juzgar, pero da que pensar.


Echo en falta el apreciar el principio de moralidad, el de humanidad y el de comunidad en esta sociedad que se está creando entorno al “yo”, donde triunfan sin duda los principios de libertad e igualdad.


Por otro lado, a nivel organizacional sí observo que cada vez hay mayores valores en el futuro de la civilización, en el medioambiente y en la sociedad como comunidad, son las organizaciones las que cuentan con unos valores que sus profesionales deben de seguir y compartir (ética empresarial). Sí existen iniciativas que se fundamentan en los principios anteriormentes nombrados, como se puede observar en las numerosas acciones para vencer al Covid-19, desde científicos, médicos a ingenieros, me da esperanza, también en organizaciones que tienen el objetivo de mejorar vidas y el planeta.


En una empresa de ingeniería debe haber un trato profesional entre todos los trabajadores y sus líderes, permitiendo sobrepasar con éxito situaciones complejas, e incluso, sabiendo anteponer la ética empresarial e individual ante trapos sucios o delictivos. Además del trato profesional, la conducta también ha de ser profesional.


Proyectos de dudosa reputación

¿Llevar la fabricación a un país de mano de obra barata va en sintonía con la moral de la empresa? ¿Obtener coltán extraído de dictaduras a costa de vidas de personas es ético? ¿Y oro de sangre? ¿Emplear herramientas de marketing con el objetivo de engañar al consumidor es legítimo? ¿Es ético espiar a diestro y siniestro a la población global mediante sus aparatos? Pues sí, existen empresas así, las más grandes es probable que debido a la magnitud y complejidad de la sociedad montada no hayan sabido controlar y hayan tenido grandes fracasos (o no).


Cómo es posible que el equipo de marketing de una famosa marca de ropa deportiva haya enviado un correo a participantes de la maratón de Boston que ponga “Felicidades, usted ha sobrevivido a la maratón de Boston”, sabiendo que en el mismo evento en un año anterior se haya producido un atentado terrorista. Otra empresa distinta, en este caso del sector de los videojuegos, emplea minerales de la República Democrática del Congo, pero mientras, crea videojuegos infantiles para entretener a los niños que no recogen dicho mineral. Una grande, una petrolera mandó a asignar mediante el trabajo sucio de sicarios a distintos activistas que luchaban contra ésta. Otra gigante del mundo del automóvil engañaba en la prueba de emisiones de los vehículos que fabricaba.


Detrás de estas empresas hay personas, que son las encargadas de liderarla y seleccionar el rumbo por el que debe de ir la organización y sin duda, si falla la ética de estas personas, también falla la ética de dicha compañía.


En España existen proyectos de ingeniería que son un fracaso para la sociedad, hay aeropuertos y puertos muertos, trenes tan lentos que vale más la pena ir en autobús, canales de aguas fecales que van directos al lado de la playa (y que si no se mueve el mar quedan estancado los deshechos), autopistas mal diseñadas y da la impresión de que todo se permite.


Invitar a la crítica

Afortunadamente, la mayor parte de la población es responsable con sus actos individuales en sociedad, pero son los pocos que hacen mal las cosas que hacen que reluzca lo que está mal hecho. No pretendo modificar su punto de vista, pero sí me gustaría que pensara de manera crítica en el mundo que le rodea, tanto positivamente como negativamente, configure usted su mirada del mundo, no tiene por qué pensar como dicta la tele, ni como su familiar, ni como las redes sociales, debe ser curioso, no quedarse con los titulares ni los clickbaits e intentar profundizar, aprender a contrastar información, puesto como decía Ortega y Gasset: “siempre que enseñes, enseña a dudar de lo que enseñes” y yo le propongo a usted “siempre que aprenda, aprende a dudar de lo que aprendes”.


Siempre que aprenda, aprende a dudar de lo que aprendes.
Javier Cruz Rodríguez
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